Morón encrucijada en el tiempo donde aún resuenan en noches
silenciosas los chasquidos metálicos de los sables revolucionarios de la
Federación y a lo lejos las voces de mando de Zamora y de Falcón.
Como Cronista De San Diego y Consultor Jurídico de la Corporación
que agrupa en su seno a todos los Cronistas Oficiales de la geografía
carabobeña, confieso que constituye, para mi, un significativo honor la
deferencia especial que ha tenido conmigo el muy apreciado amigo y abnegado
Cronista de Morón, Profesor Alexis Coello, al depositar en mis manos -una
inolvidable tarde de mar, de canciones y recuerdos- un legajo de interesantes
crónicas publicadas con antelación en la sección costera del diario Noti Tarde,
en su esperada y leída columna Desde Morón, con el propósito de que le hiciese
la presentación a tan ricas páginas -todas impregnadas con ese suculento sabor
telúrico que brota de las entrañas del alma colectiva del sentimiento
moronense- que al fusionarse en un todo, con el homenaje de la imprenta, dieron
como producto final este nuevo y valioso aporte a la bibliografía carabobeña.
Traigamos a este espacio la voz autorizada del Cronista
Mayor de todos los tiempos en Venezuela, el muy valenciano Cronista de Caracas
Don Enrique Bernardo Núñez: «Un pueblo sin anales, sin memoria del pasado sufre
una especie de muerte, viene a ser como aquella tribu que sólo andaba por el
agua para no dejar su huella» y... qué profunda huella ha dejado marcada, para
la posteridad, el ilustre Cronista de Morón con la edición de este libro,
testimonio fiel de su profunda erudición académica.
Por lo que respecta a nosotros siempre ha gravitado, en
nuestro interior, como una constante, el firme criterio de que si se quiere
eliminar un pueblo de la historia hay que comenzar por eliminar la historia de
ese pueblo; por lo consiguiente: esa marcada dipsomanía que refleja el Prof.
Coello por todas aquellas cosas que respiren esencia del pasado, lo inducen a
calmar la sed bebiendo, hasta la saciedad, el milagroso elixir que brota de la fuente
cristalina que nutre el álbum historiográfico de la vida de los pueblos, lo que
nos garantiza admultos anuos la existencia de Morón en el contexto del tiempo,
y que hoy, gracias a la epistemológica pluma del acusioso investigador de su
devenir histórico, la progresista ciudad de Morón se encuentra robustecida
porque él ha sabido continuar con mística y dignidad la noble empresa
emprendida por ese gran roble y excelente amigo Don Miguel Elias Dao, Cronista
de Puerto Cabello y Presidente Honorario Vitalicio de la Asociación de
Cronistas de Venezuela, quien con sus hermosos 82 años a cuesta sigue
demostrando la misma energía que ayer derramaba.
Cuando nos adentremos en las refrescantes páginas de este
documentado estudio, nacido como el ave Fénix de las cenizas, hemeroténicas, de
crónicas viejas, recorreremos, sin cansancio y de un solo jalón, la
idiosincrasia; el sentir, el pensar y el querer, de ese noble terruño que bajo
los signos de las saetas inexorables del tiempo se abre -con el corazón abierto
como una flor de cayena- a todos los caminos de la patria, esos mismos caminos
que condujeron los pasos hasta Morón de la diáfana figura del Pater Patriae un
31 de diciembre de 1826, que hizo que todas «Las casas del pueblo se vistieran
de soles» como lo dibuja Don Miguel Elías Dao; precisaremos el dato exacto de
la evolución cronológica morense, como lo detalla, fehacientemente, el Cronista
en uno de sus artículos: el nombre de Morón lo conseguiremos por vez primera en
1578 en un croquis levantado por Juan de Pimentel. En 1628 se incorpora a la
jurisdicción de Nirgua -según inducciones del erudito Cronista-.
En 1700 se ubica en los registros eclesiales como Santa Ana
de Morón. En 1730 la abismada población contempla el alzamiento contra la Real
Compañía Guipuzcoana del valiente zambo valenciano Juan Andrés López del
Rosario, mejor conocido como Andresote o bajo los apodos de Bemba e trueno,
Boca e'jarro (por la protuberancia de los labios), Cara e' susto o Pata pal'
monte. Durante 1772 - 1773 recibe la visita, itineraria, pastoral del Obispo de
la Diócesis de Caracas, limo. Exmo. Mons. Don Mariano Martí, quien suministró
al niño Simón Bolívar el sacramento de la confirmación en la fe católica. El 25
de junio de 1824 con la creación de la Provincia de Carabobo por el Soberano
Congreso de Colombia, Morón se desprende de Nirgua y se integra al Cantón de
Puerto Cabello; (según lo consagrado en la Constitución del 28 de marzo de 1864
los Cantones se llamaron Departamentos, luego Distritos, Municipios Autónomos
en 1983 y desde 1990 Municipio).
En 1859 llegan a Morón los Generales Zamora y Falcón e
instalan el Cuartel General de la Revolución Federal. Movimiento que culminó
con el Tratado de Coche en 1863 y es nombrado Presidente de la República Juan
Crisóstomo Falcón. En 1901 el Municipio Morón comienza a llamarse Mora en
homenaje a la memoria de su hijo epónimo Juan José Mora. El 2 de diciembre de
1945 gracias a los doctores Arnaldo Gabaldón, Enrique Tejera, Arturo Berti y
otros proceres revolucionarios de la ciencia, se comenzó a combatir al fatídico
ejército del hasta entonces victorioso General Paludismo con los mortíferos
misiles del D. D. T. (dicloro- difeniltricloroetano) bajo el mando del Jefe de
la Primera Cuadrilla de dedetizadores Levi Borges, resultando favorecidas las
armas de la República. Expresa el Dr. Arturo Uslar Pietri en una de sus
reflexiones: «.La transformación social y económica que está sufriendo nuestro
país en el presente no es puramente la consecuencia de la Venezuela con
petróleo, sino en gran pane de la Venezuela sin malaria». En el lugar donde se
libró la primera batalla contra el fatal enemigo, que tenía desolada a
Venezuela, hoy se levanta el monumento al zancudo muerto, ideado por el
valenciano Don Ramón Chazzím, llevado a cabo por el Club de Leones de Valencia
e inaugurado el 2 de diciembre de 1955. El año 1981, por Acuerdo de la Asamblea
Legislativa del estado Carabobo, es creado el Distrito Juan José Mora,
conformado por Morón y Urama que se desmembraron del Distrito Puerto Cabello.
En el mes de abril de 1997 a proposición del Alcalde Ing.
Rafael Garrido fue aprobado unánimemente por la ilustre Cámara Municipal como
Primer Cronista Oficial de la urbe el Prof. Alexis Coello, que venía de ocupar
la curul edilicia en ese mismo Ayuntamiento por un lapso de nueve años.
Obviamente, jugó un papel primordial en la conciencia de los concejales, para
tan importante e histórica decisión, los méritos y virtudes que engalanan la
honorable personalidad del hoy ilustre Cronista moronense; acrisolado espejo
donde deben contemplarse las nuevas generaciones (y las viejas también) para
orgullo de la patria.
El Profesor Alexis Coello vio la luz primera en la Península
de Paraguaná, en 1956, de muy niño sus padres constituyeron un cristiano hogar
en suelo moronense, suelo al cual el Prof. Coello le ha dedicado con auténtico
amor filial lo mejor de su existencia. Egresó, con honores, del Instituto Pedagógico
Universitario de Maracay en la especialidad de Ciencias Sociales, Profesor
Titular del Liceo Ambrosio Plaza, donde se le quiere y se le respeta, experto
en materia municipal, director fundador de la revista Morón ayer y hoy; luce
sobre su pecho las veneras de las Ordenes Mérito en el Trabajo y Juan José
Mora, su obra histórico-literaria se circunscribe a los siguientes libros:
Pinceladas en el tiempo, que tuve el placer de disfrutar en San Javier del
Valle, una gélida madrugada merideña, en ocasión de efectuarse la XXVII
Convención Nacional de Cronistas de Venezuela, Morón y estas páginas donde se
retrata, en toda su intensidad, con el lente mágico de la palabra, la historia
grande y la historia pequeña, como la de Clodomiro que a su caballo se lo llevó
el atraso y a su Clarita se- la llevó el progreso y a él... se lo llevó la
tristeza; vivencias; travesuras juveniles, que hablan de una época, como
aquella del ciego Estanislao, que era ciego pero que no era bolsa; folklore,
costumbres, tradiciones, sueños y añoranzas, que reflejan el espíritu poético y
romántico del artífice: "El tractor del progreso echó al suelo las últimas
espigas del vergel de la vieja aldea".
En verdad, como amante de la buena lectura y del dato
'histórico preciso, al final de la lectura de las páginas que depositaron en
mis manos -una inolvidable tarde de mar, canciones y recuerdos-deseaba que se
multiplicaran para seguir disfrutando de tan didáctica y amena lectura, fundida
en el crisol de la llama ardiente de la nacionalidad, pero estamos seguros que
la producción prolifera del muy distinguido Cronista no se detendrá con las
piedras que, algunas veces, se presentan en el camino, por el contrario, muy
pronto, estamos seguros, nos sorprenderá, gratamente, con una nueva producción.
Julio Centeno, hijo
Fuente: Libro Crónicas desde Morón, escrito por el Profesor Alexis Coello.