El arte de la jaladera de mecate es tan vieja como el
Uni¬verso. La culebra halagó al Padre Adán para que saboreara la apetitosa
manzana de nuestra madre Eva; Nuestro Señor Je¬sucristo en sus giras por
Galilea saboreó el néctar de elogios a su paso por aldeas congestionadas de
peregrinos que buscaban consuelo en la palabra del Hijo de Dios.
Simón Bolívar, Libertador de un Continente, con su es¬pada
victoriosa disfrutó de las frases más hermosas que en su honor pronunciaron
labios deseosos de expresarle su reconoci¬miento. Tres hombres, tres tiempos y
un mismo objetivo.
Por eso, en nada extraña que un grupo de seres humanos de un
país subdesarrollado, que conformaron el Concejo Municipal de Puerto Cabello el
año de 1907, hayan exprimido sus cerebros para producir una Resolución
declarando al General Román Delgado Chalbaud "Benemérito Hijo del Distrito
Puerto Cabello" en "homenaje de justicia y gratitud por sus
importantes servicios (sic) a la ciudad".
Todo comenzó el día 1 de enero de 1907, cuando la ciudad
adornó los frentes de sus casas con el pabellón nacional, las campanas dejaron
oír su musicalidad de bronce y los cohetes gritaron su júbilo por un gran
acontecimiento patrio: el gobierno de' Cipriano Castro inauguraba el
"Astillero Restaurador" y Román Delgado Chalbaud había sido designado
su primer director.
La Cámara Municipal no podía dejar pasar esta oportunidad
"para testimoniarle el Gran Salvador del País, don Cipriano Castro, la
gratitud del pueblo porteño por esa portentosa obra, digna de la inteligencia
de tan preclaro ciudadano". Se engrasaron las articulaciones y cada
representante municipal forzó sus energías para "jalar" más fuerte la
cabuya atada a los oxidados testículos del Mono de Capacho.
El acuerdo promulgado en aquella oportunidad, recibió los
honores de permanecer eternamente en el Panteón dond la historia, inmortaliza
el "Supremo Arte de la Adulancia "El Concejo Municipal del Distrito
Puerto Cabello, considerando que es deseo de todos y cada uno de los Miembros
de esta Cámara, iniciar las labores del año que hoy comienza, con actos de
justicia que sean a la vez expresión elocuente de nues¬tro reconocimiento de la
misión representativa popular que ejercemos".
"Considerando, que en el seno de la Causa Liberal
Restaura¬dora, Credo Político jurado por los miembros de este cuerpo,
destácanse de entre el grupo de tenientes del General Cipriano Castro, la
personalidad del Capitán de Navio de la Armada y General de los Ejércitos de
Venezuela Román Delgado Chalbaud, por los eficientes servicios prestados a la
patria. Primero cuando sus energías de joven batallador las reclamaron en la
política, la guerra y hoy en la paz actual. "Considerando, que Puerto
Cabello al ser dotada su bahía con el Astillero Nacional, se constituye en
deudor de gratitud al General Román Delgado Chalbaud y que esa gratitud nunca
mejor merecida es de justicia tributarla solemne y públicamente al ejecutor de
aquella importantísima obra nacional que surge a las miradas del Mundo con
lineamientos de empresa continental, para lustrar la patria, para mayor glofia
de sTJf' to Restaurador y para consagrar al Genfcjjjfgalgán«t)elgado Chal¬baud,
colaborador inteligente ^fL¿e^¿ DJrector oe ^Pftsflu-ración Liberal, como
servidor distinguicw'TO'^el&iSijybjBaoí. como Gran Benefactor del Distrito
SiWfoj&tgllop.,, , "Considerando, que aquellos sentimientos
d^iítí|íí9^ Y gratitud hacia el General Román Delgado Chalbaud, fueron
manifesta¬dos en forma inequívoca por el pueblo en el acto de lanza¬miento al
agua, del dique flotante "General Cipriano Castro", efectuado el día
25 de diciembre último y que este Concejo por acatar aquel homenaje de
reconocimientos a los servicios y de estímulo a los servidores y por tributar
también el de sus Miembros, desea patentizar ambas de la manera más digna a los
méritos de la personalidad a quien se consagra".
Desaparecido el General Castro del escenario político
ve¬nezolano, asumió el Poder Absoluto de la Gran Hacienda que conformaba la
República, otro andino, Hijo Ilustre de la Mu¬lera, consagrado por la Corte de
Adulantes que lo rodeó, como el "Benemérito Héroe de la Causa
Decembrina". Con todos los arreos, como la mayoría de los hombres que
seguían al "Cabito", el "Hijo Benemérito del Distrito Puerto
Cabello" se colocó incondicionalmente al lado del nuevo amo del país
rural. El destino le jugó más tarde una mala pasada a Román Delgado Chalbaud,
cuando pretendió zancadillear a su amigo y compadre. Esta acción imperdonable
quedó en el corazón de Gómez clavada como una espina dolorosa y haciendo uso de
todos sus rencores, ordenó la prisión de su antiguo colaborador, en un calabozo
de "La Rotunda", donde permaneció muchos años en condiciones
infrahumanas. Liberado gracias a los ruegos de su dignísima esposa ante el
Sátrapa de Maracay, tomó esta vez el camino de la acción armada, al lado de
enemigos irreconciliables del Dictador. En la célebre invasión revolucionaria
del "Falke", murió en Cuma-ná al enfrentarse al entonces Presidente
del Estado Sucre, General Emilio Fernández.

