lunes, 30 de noviembre de 2015

22- El principe Heinrich y el baile en el club alemán



En los primeros días de noviembre de 1883, a escasos meses de haberse cumplido el Primer Centenario del nacimiento del Libertador, arribó a Puerto Cabello la corbeta alemana "Olga" en la cual viajaba el Príncipe Heinrich Von Preussen, con el rango de Alférez de Navio y Embajador de Buena Voluntad ante los países de área de las Indias Occidentales.
El Ilustre personaje nacido el año 1862 era nieto del entonces Soberano del Imperio Prusiano y hermano del que más tarde sería el último Emperador de Alemania, el Kaiser Guillermo II. La ciudad se vistió de fiesta para recibir a los visitantes, observándose en las fachadas de residentes alemanes, las banderas de su país de origen y la venezolana saludando con la brisa marina a los alegres tripulantes de la Corbeta Imperial.

En los alrededores del Mercado Municipal se confundieron los catires teutones de mejillas rosadas vistiendo cuidados uniformes blancos, con negros apretados de color tropical luciendo alpargatas de capelladas color de guacamaya. Los mangos, lechozas, pinas, melones y verdes aguacates, así como los apetitosos cambures cuyacos, manzanos y titiaros, desafiaron la gula de aquellos marinos que esta vez visitaban a Puetro Cabello en misión de paz y buena voluntad.

Es posible que estos jóvenes prusianos recogieran en esos momentos la misma estampa que asombró a su compatriota Carlos Fernando Appun, cuando el año 1850 visitó este típico mercado popular: "negras extrañamente vestidas, anudado a la cabeza un turbante para protegerse contra el calor bochornoso, armadas algunas con grandes paraguas, sentadas ante sus objetivos de venta: frutas tropicales que ofrecen al paseante en su galimatía".

La Colonia Alemana residenciada en Puerto Cabello para agasajar a su Alteza Real, programó el 10 del mismo mes un Baile de Gala en los salones del Club "Gul-Heill" ubicado en la calle Comercio, al lado de la Plaza Salom.

Este acontecimiento social contó con la presencia de distinguidas personalidades de Puerto Cabello y Valencia, entre ellas el General José Félix Mora, Jefe Civil del Distrito. La narración muy amena de este histórico acto, la encontramos en el valioso trabajo publicado por el doctor Enrique Aristiguieta Gramko, bajo el título de "Historia de Tres Navios".

Los importantes datos aportados por el Dr. Aristiguieta en su obra citada, se refieren en su mayor parte a la presencia en este puerto de la nave de guerra alemana, condensando el apretado programa de agasajos ofrecido al Ilustrepersonaje, sin mencionar las incidencias que giraron aquella noche a través del acto social bailable.

El mismo autor de "Historias de Tres Navios", en nuevas investigaciones realizadas personalmente, encontró en una vieja chivera de la ciudad capital de la República Federal Alemana, un libro de fines de siglo pasado, en el cual se narra el viaje del Príncipe Prusiano y el problema surgido entre el llamado "pueblo soberano" y los organizadores del homenaje que se brindó en Puerto Cabello, cuya reseña por lo anecdótico e histórico copiamos a continuación:

"Después de una segunda visita a la Isla de Trinidad, la corbeta "OLGA" navegó a lo largo de las costas de Venezuela y esta vez ancló frente a Puerto Cabello. Este es un puerto situado al oeste de La Guaira, que domina el tráfico con ultramar, y donde muchos alemanes que manejan el comercio al por mayor, han encontrado su segunda patria. Durante su estadía de siete días, el Príncipe HEINRICH hizo algunas excursiones al interior del país, y tomó parte en muchas fiestas de la colonia alemana, que se había preparado para recibirlo. Entre otras fiestas, cabe destacar el gran baile celebrado en los locales del Club Atlético Alemán; a tal efecto, los lo¬cales fueron decorados de una manera rica y con los colores nacionales alemanes. Además, dichos locales fueron decorados también conflores y el buffet estaba colmado de delicias tropicales. Este baile causó una rara dificultad, que provocó el desconcierto tanto de los visitantes como de los anfitriones. Según vieja costumbre local, durante las fiestas de este tipo, las ventanas se dejan abiertas para que el público tenga la oportunidad de saciar sus grandes deseos de ver. Esto se llama "tener acceso a la barra", porque bajo ese nombre se entienden las rejas de hierro con las cuales están protegidas las ventanas de la planta baja, contra visitantes indeseables. Cuando el Príncipe HEINRICH entró en la sala de fiestas, se pasó por alto esa costumbre y fueron cerradas las puertas y ventanas para que los huéspedes de alto rango no fuesen molestados con el excesivo interés de todos.

Apenas comenzó el primer baile, empezó a caer un diluvio de piedras sobre el techo del edificio de un piso. Por supuesto, la sorpresa fue grande; los invitados 'de la "Olga" miraban a su alrededor y los jóvenes oficiales sacaron sus armas, dispuestos a disparar y vender lo más caro la vida del Príncipe.
Tampoco los guardias sabían de qué se trataba, hasta que se dieron cuenta, de que el pueblo soberano estaba expresando su desacuerdo por haberse cerrado las ventanas. El Príncipe fue inmediatamente informado de la causa del disgusto delpueblo, que era porque se había eliminado una vieja costumbre popular, en vista de lo cual en seguida se dio la orden de abrir las puertas y ventanas de nuevo. Una vez hecho esto, "el pueblo soberano", como les gusta a los venezolanos llamarse, festejaron con gritos esta decisión".


La versión del citado suceso aparece en el libro "Die Westindienfahrt Prins Heinrich" del escritor alemán E. Von der Boeck, tercera edición. Otto Drewitz, Verlag Von Volke und Jugend Schriften, Leipzig 1884. La traducción del título en español es la siguiente: "El Viaje a las Indias Occidentales del Príncipe Enrique".