lunes, 30 de noviembre de 2015

23- Pérez Soto y los perros de Lottar Frey



El General Vicencio Pérez Soto, antes de escalar las altas posiciones que logró durante la dictadura gomecista, ejerció el cargo de Gobernador dePuerto Cabello, así se conocía lo que es hoy la Prefectura del Distrito. Para su residencia oficial el mandatario adquirió una lujosa mansión en la vecina población de San Esteban, la cual bautizó con el nombre de "Villa Vicencio".
El entonces Gobernador era de los pocos generales gomecistas de sólida cultura, lamentablemente olvidada en su metamorfosis de gendarme autoritario y prepotente. Al lado de la residencia de Pérez Soto en San Esteban vivía el señor Lottar Frey con su familia y varios perros que cuidaban con mística devoción, desconociendo que a su vecino estos animales le descontrolaban el sistema nervioso.
Los inofensivos canes de Lottar, cuando observaban la presencia de personas ajenas a su domicilio, transitando por la vereda, ladraban hasta que el motivo de preocupación desaparecía del lugar. Esta situación no era del agrado delGobernador de Puerto Cabello y varias veces había solicitado, que esos perros fueran encerrados en lugares alejados del jardín de su residencia. La familia Frey, de origen alemán, respetuosa de las leyes y temerosas de contrariar al Primer Mandatario de la región, durante el día mantenía a los animales encadenados bajo la fresca sombra de un frondoso apamate.
En cierta oportunidad el General Pérez Soto llegó a su domicilio más tarde de lo normal, cuando los perros disfrutaban libertad en el amplio patio, muy cerca de la vereda de necesario tránsito para el alevoso personaje; éste, al escuchar el ladrido de los animales, desenfundó su revólver y de dos certeros dis¬paros los eliminó frente al jardín de sus atemorizados vecinos.
La señora Frey trató de auxiliar a sus perros, uno de los cuales se debatía entre la vida y la muerte, cuando escuchó la voz autoritaria de Pérez Soto que le decía:
Señora. . .! recoja sus animales y dígale a su marido que salga para darle el mismo tratamiento.
Encolerizado entró el general gomecista a su casa y no salió sino al día siguiente sin saludar a los vecinos como era su costumbre. Meses después de este enojoso incidente, Pérez Soto encargó a Berlín un par de hermosos perros que generosamente, disculpando su violenta acción entregó a don Lottar Frey.

Durante las primeras décadas del presente siglo surgieron hombres, que habiendo poseído alto grado de cultura, el Poder los transformó en seres sin sensibilidad humana y sus actuaciones tanto personales como políticas, la historiacontemporánea las registra llenas de injustas arbitrariedades.