lunes, 30 de noviembre de 2015

33- Boticarios



Los que tuvieron la responsabilidad de regentar expendios de medicinas enPuerto Cabello, hasta la promulgación de la ley que reglamentaba estas actividades, podían considerarse como los mejores auxiliares del gremio médico, en una Venezuela mediatizada por el régimen de terror y atraso que encadenó durante medio siglo toda posibilidad de superar conocimientos científicos.
En cada población venezolana, existía una monolítica trilogía compuesta por el CuraPárroco, el Jefe Civil y el bo¬ticario, en cuyas manos se encontraba el destino de cada vecino. Estos personajesrepresentaban la enciclopedia de la comunidad, donde se registraban las actuaciones diarias de cada uno: el que se confesaba, delinquía o enfermaba. Se la sabían todas y no era raro observarlos de vez en cuando intercambiando confidencias.
Recorriendo los caminos del recuerdo para hacer realidad estas crónicas, nos encontramos con Carlos Meir, H. Suels, J. J. Mata, Pedro D. Martínez, J. J. Olivos, M. Agreda, Federico Escarrá, John Pannefleck y Torres Páez, regentes de las acreditadas Boticas: "Alemana", "Nacional", "Principal", "Mercado", "Oriental", "Botica del Carmen", "Farmacia Romero", "Botica Nueva" y "La Central", algunos con títulos universitarios y otros con avales otorgados por su experiencia profesional logradas en muchos años de constancia y abnegación, descifrando recipes de viejos galenos y preparando fór¬mulas que hoy han pasado a la categoría de "Museo de la Farmacología", ya que los patentados enterraron a este anti¬guo sistema de obligatorio aprendizaje para ejercer la medicina y la farmacia.
Revisando periódicos de los años 1910 a 1920, sobre todo "El Estandarte" y el "Boletín de Noticias", encontramos interesantes avisos comerciales anunciando las excelencias terapéuticas de varios fármacos preparados por nuestros recordados boticarios
. Don Carlos Meir ofrecía productos patentados para curar con facilidad los catarros crónicos, bronquitis, asma y demás afecciones del pecho, señalando el valor de tres reales cada frasco. En un anuncio en letras grandes, advertía con orgullo, que más de quince mil personas se habían curado con esta panacea. Las Gotas Tocológicas aprobadas por la Junta de examen y clasificación de Medicinas Secretas, era otro producto elaborado por Don Carlos con grandes éxitos en "curas radicales de enfermedades de la mujer, provenientes de los desarreglos". Vino de Glikolina, vermífugos, pildoras contra el paludismo y numerosos medicamentos surgieron del laboratorio de la Botica Alemana a precios que oscilaban entre un real a cuatro reales y medio.

Federico Escarrá en cuyo anuncio se observa como egresado de la UniversidadCentral, ofrece un Elixir Vegetal para regularizar el flujo menstrual, calmar los cólicos que acompañan a las mujeres que tienen reglas irregulares y débiles, usándose además como preciso agente para la esterilidad ori¬ginada por las alteraciones de las funciones más importantes de la mujer. El frasco costaba cuatro reales. Pedro D. Martínez en su Botica Principal preparaba numerosos medicamentos contra el paludismo, enfermedades venéreas, sífilis, etc., entre ellos uno aplicado en inyecciones y ungüentos, patentado como "Depro". En general, la mayoría de los boticarios eran el "paño de lágrimas", de las familias pobres, en eso de recetar a los enfermos y orientarlos hasta donde sus conocimientos le permitían. La verdad es que prestaron a la salud pública grandes servicios en forma desinteresada.