lunes, 30 de noviembre de 2015

Crónica de Alpargatón

Viniendo de los valles de Barquisimeto y San Nicolás hacia Morón, virando al costado derecho, al pie de la serranía, encontramos el caserío del antiguo Santa Cruz dealpargatón. Su territorio está emplazado en el valle del río del mismo nombre. Este ríonace en las cumbres de El Letrero, a una altura de 1.255 metros, su curso es largo y su caudal es permanente, a pesar de que su vegetación ha disminuido hasta en la propia cabecera por la actividad de subsistencia de los conuqueros y madereros. Elrío Alpargatón posee una cuenta tributaria de 96 Km2 y se conecta, por el este, como afluente del río Urama. En su lento descenso al mar prolonga hacia sus lados unas franjas pantanosas donde sobresale, en medio de charcas y ciénagas, unavegetación hidrófila.
Para 1720-1721 Olavarriaga en su instrucción señala: "El terreno monte muy cargado, este río de alpargatón es bueno, y si fuera trabajado pudiera tener canoas, pero fuera sin utilidad ninguna. Este río sale de las serranías, y pasa por el pueblo dealpargatón que es a 8 leguas de su boca, en el cual hay varias haciendas de cacao ". Torcuato Manzo Núñez nos dice, en su Historia del estado Carabobo, que la Iglesiade alpargatón se quemó cuando se celebraba la fiesta de San Vicente Ferrer y la hizo de nuevo el padre Lázaro Ignacio de Pava, que servía a Morón Y alpargatón en el año de 1738.
Al igual que Morón, alpargatón (el pueblo) no tiene fecha de fundación conocida, pero es indicativo que su núcleo demográfico originario se ubica en la aurora del siglo XVIII (en los alrededores de 1700). Al principio llegó a ser más importante que Morón yUrama, se constituyó como cabecera de esta trilogía de pueblos. El historiador Carlos Felice Cardot sostiene, que en un censo de población entre 1730 y 1733, Morón tenía solamente 8 casas habitadas por In conjunto de personas que no alcanzaban al medio centenar, Urama tenía 6 casas habitadas por 12 personas, el Salado contaba con 11 casas con 66 habitantes y alpargatón poseía 28 casas donde se alojaban 120 personas. Cuarenta años después, el obispo Mariano Martí (en 1773) señala lo siguiente: "San Francisco del Valle de Morón tenía 31 casas, 31 familias y 127 habitantes y San Vicente Ferrer, del valle de alpargatón, 45 casas, 45 familiasy 202 habitantes".
Durante la Guerra de Independencia, alpargatón aparece, junto con Morón, en el Plan de Gobierno Provisorio para Venezuela refrendado por el patriota Francisco Javier Ustáriz en la Concepción de La Victoria el 18 de agosto de 1813, Tercero de laIndependencia y primero de la Guerra a Muerte. En dicho plan, en su aparte N". 10, se hace una distribución o asignación de los jefes corregidores para las diferentes ciudades, villas y partidos capitulares (poblaciones más pequeñas) de la provincia de Caracas. El Jefe corregidor era la máxima autoridad gubernamental en cada provincia y para los efectos de la guerra se nombrarían en cada división político-territorial menor o pueblo, otro jefe corregidor que dependería del primero. Algunas ciudades o villas eran muy grandes y debían dividirse y algunos pueblos eran muy pequeños y por lo tanto debían agregárseles a otro mayor. En este caso, correspondió un jefe corregidor para Puerto Cabello, donde se agregó a Alpargatón y Morón; este jefe también tenía jurisdicción para Choroní, Cuyagua, Cata, Ocumare, Patanemo,Borburata y Goaigoaza.
También en la Guerra Federal vamos a encontrar la presencia de Alpargatón. Esta guerra que arrancó de los fértiles campos a millares de campesinos para que regaran con su sangre medio territorio nacional en obsequio a la ambición de los caudillas y con la esperanza de liberarse de la opresión. Alpargatón (y su hermano Morón también) se sublevó contra el gobierno godo o conservador en septiembre de 1846, siguiendo el ejemplo del "indio" Francisco José Rangel. Los grupos armados se organizaron en el centro del país, en Barinas, Guárico y Portuguesa, estos grupos estaban compuestos fundamentalmente por peones, manumisos y esclavos bajo el programa de "principio alternativo ", "elección popular", "honor a la oligarquía".

Sin lugar a dudas, Alpargaten fue un pueblo floreciente. Ayer estuvo preñado de haciendas de cacao, luego tuvo participación intermitente en las guerras de nuestro país, y hoyó es un puñado de caseríos en espera de su redención socio-económica.

Fuente: Libro Crónicas desde Morón, escrito por el Profesor Alexis Coello.



Urama, Parroquia de Juan José Mora

Urama estuvo casada en un tiempo con el occidente de Carabobo. Mantiene una relación histórica con Canoabo, Nirgua y Montalbán. Al principio, en 1628, perteneció a la jurisdicción de Nirgua por orden del gobernador Meneses, pero su núcleo poblador se estableció después de la fundación de Canoabo en 1711. En el plano religioso, Urama y Canoabo mantuvieron una vinculación estrecha, ambos se servían de los mismos curas, dependientes de la vicaría de Nirgua. En una iglesia de paja se veneraba a San Juan Bautista cuando en 1723 vino un cura de Cagua que había sido enviado por el Obispo Escalona y Calatayud. De esta visita se levantó un informe para proveer a la iglesia de un cura fijo que no lo tenía. En 1795 se cayó la iglesia de Urama, el cura Félix Antonio Martos fue a solicitar la construcción de una nueva y las autoridades eclesiásticas lo comisionaron a él mismo para que hiciera el reconocimiento del t4erreno, porque nadie quería venir de afuera por temor a contagios de calenturas.

En 1773, el Obispo Mariano Martí hace la siguiente referencia: "Este pueblo es fundado principalmente para los esclavos y otra gente libre que cultivan las haciendas de cacao comprendidas en este valle". Por cierto que en los nuevos tiempos su potencial cacaotero ha sido sustituido por los platanales y los cocoteros, lo que indica que sigue siendo un área de actividad agrícola y también pecuaria, puesto que en la zona existen grandes pastizales que envuelven una próspera ganadería. En 1835 se separaron Montalbán y Urama de la jurisdicción de Nirgua, a la que habían pertenecido desde 1628. Montalbán se convirtió en un cantón independiente y Urama pasó a ser parte de él. En 1873 Urama pasa junto con Morón a formar parte del distrito Puerto Cabello. Y en la gaceta oficial de agosto de 1981 aparece como municipio foráneo del novel distrito Juan José Mora, hoy en día es parroquia de este municipio. En 1921 se le llamó Camejo en honor al procer "Negro Primero". Esto se debió a que el General Gómez, durante la conmemoración del Centenario de la Batalla de Carabobo, quiso ponerle a todos los municipios de este estado los nombres de los héroes que participaron en la gran gesta, y así lo hizo mediante decreto del 24 de jumo de 1921.


La historia también nos dice que por aquí pasó el General del Pueblo Soberano con su programa de "Tierras y Hombres Libres" en la mañana del sábado 26 de marzo de 1859. Llegaba el General Ezequiel Zamora de Morón, donde había estado desde el 23 del mismo mes, cuando, proveniente del estado Falcón, instaló allí su cuartel general. Ese día Zamora llegó a Urama y se encontró con que los partidarios de su causa Joaquín Molina y los hermanos Casimiro y Esteban Herrera habían sublevado al vecindario a favor de la Federación. El ejército Federal siguió el camino de Guabina y el 27 de marzo sublevó al caserío de Canoabito.


Fuente: Libro Crónicas desde Morón, escrito por el Profesor Alexis Coello.



Casas de Tejas

A propósito de la venta de los terrenos municipales por parte del Ayuntamiento moronense resulta pertinente rememorar algunos aspectos relacionados con la tenencia de la tierra en nuestro municipio.
Bien sabido es que un tiempo después del descubrimiento y la conquista deVenezuela, la corona española ordenó el repartimiento de tierras entre los conquistadores y avanzados con la finalidad de hacer posible el poblamiento detierras incultas, otras veces se practicó en forma descarada el despojo a la comunidades indígenas. Esto conllevó a la concentración de la propiedad territorial en manos de los blancos criollos. Durante y después de la Guerra de Independenciasobrevinieron nuevos propietarios: los héroes y caudillos militares del momento.

Ya en la vida republicana se suscitaron una serie de guerras intestinas cuyo objetivo era la búsqueda del poder y, generalmente el éxito se coronaba con el apropiamiento de nuevas tierras por parte de los generales y oficiales de alto rango de los vencedores. Ninguna de estas refriegas se tradujo en tierras ni beneficios para los campesinos y tropas rasas de los ejércitos.

Quizás la que tuvo mayor orientación social fue la Federación, que pudo atraer tras su consigna de "Tierras y hombres libres" a grandes contingentes de campesinos y sectores depauperados de la población. En Morón, su hijo epómmo general Juan José Mora, baluarte de la lucha federalista, fue autorizado por el Ministerio de Fomento mediante la resolución del Ejecutivo Nacional de fecha 25 de junio de 1866 para que distribuyera entre los servidores de la causa Federal las tierrasperteneciente a la posesión "Casas de Tejas" cuyos linderos eran los siguientes: por el naciente, terreno de Sanchón, propiedad del general José Félix Mora. Poniente, terrenos de Alpargaten que se dividen en el lugar denominado Piedra de San Vicente, línea recta, norte a sur, a partir del mar hacia las cumbres altas de la serranía. Norte, el mar. Sur, las mismas cumbres altas agua abajo.

confinados al castillo Libertador en Puerto Cabello. Obviamente las tierras en cuestión pasarían al patrimonio de los gobernantes gomecistas.

A raíz de la muerte del dictador Gómez, el estado confisca todas sus pertenencias. La Posesión "Casas de Te/as "pasa a ser propiedad de la nación y como tales son vendidos por el Banco Agrícola y Pecuario, en 1955, al general Mazzei Carta, ministro durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Posteriormente el general Mazzei Carta le vende al Ministerio de Minas e Hidrocarburos. En la actualidad estos terrenos responden a diversos dueños, siendo el mayor propietario el Estado venezolano a través de diferentes empresas asentadas en la zona. Un lote de estos terrenos pertenecientes al Ministerio de Energía y Minas fueron cedidos en 1990 a la municipalidad moronense.
El general Mora muere "sin ejecutar aquella medida justiciera embargo, el mencionado decreto fue ratificado por el Presidente en el Consejo de Ministros el 19 de enero de 1987 y a la vez ordena al Presidente del estado Carabobo que proceda al levantamiento de los planos y a las mediciones respectiva para otorgar los títulos de los terrenos, en forma gratuita, a los beneficiarios.


En un par de años se produciría la Revolución Restauradora del general Cipriano Castro y con ella el ascenso de los andinos al poder acabando con la hegemonía de los liberales. Los andinos no sólo acapararían los puestos en la administración pública sino que también obtendrían del régimen, en forma excluyente, todas las prebendas generales por una nación que era manejada como si fuese una hacienda particular, ese fue el sentido que el general Gómez imprimió a su gobierno. No obstante lo anteriormente dicho, para 1910 el registrador principal del estado Carabobo, Francisco Seittiffe da fe de la existencia en sus archivos de la gaceta oficial de 1897 contentiva de la resolución sobre la posesión de "Casas de Tejas".



La Creación del Municipio Juan José Mora

Dentro de la organización político-territorial implantada por los españoles, el espacio que ocupa el municipio J.J. Mora perteneció antiguamente a la jurisdicción de Nirgua, es decir, que desde el mismo momento de la noción de Morón como pueblo, se convirtió en un solar nirgüense por mucho más de un siglo.

Esta jurisdicción se extendía por el occidente de Carabobo (Montalbán, Canoabo, Bejuma) y buscando por el noreste, hasta el río Sanchón, raya limítrofe con la jurisdicción de Valencia (a la cual pertenecía Puerto Cabello). En el acta del Poder Ejecutivo de 1811 Puerto Cabello obtiene el título de ciudad, Morón y Alpargatón aparecen como suburbios de éste. Igualmente en 1813 ambas poblaciones fueron adjudicadas a Puerto Cabello por el gobierno patriota como partido capitular (poblaciones pequeñas que dependían militarmente del jefe corregidor del puerto).

Por resolución de la Asamblea Legislativa del Estado Carabobo de fecha 3 de agosto de 1981 se crea el Distrito Juan José mora, desmembrándolo del Distrito Puerto Cabello, dejando atrás una relación filial de más de siglo y medio (170 años) del primero con respecto al segundo.

Con la Ley de división Político Territorial del estado Carabobo que conlleva a la elevación de morón a Distrito, también se cambia el límite oriental de Morón que correspondía en el cauce del río Aguas Calientes, en las cercanías de El Palito.

El nuevo límite se fijó en el curso de las aguas del río Sanchón, pasando la franja mesopotámica (asiento de la refinería Corpoven) a los lares de Puerto Cabello.

Se había logrado una aspiración de índole popular, una meta, un objetivo sobre el cual se erigían todas las esperanzas de superación colectivas de un pueblo que estuvo por largo tiempo abandonado, dejado

a su suerte por los que les correspondían, como entes gubernamentales, ocuparse de sus problemas básicos. Morón fue por mucho tiempo la cenicienta de Carabobo. En algunos dirigentes locales cundió el escepticismo, dudaban de que Morón por sí mismo pudiera abrirse paso hacia el progreso, quizás en sus mentes merodeaban tantos años de subordinación que hubo de propiciar una cultura de la dependencia (¿vigente hoy en día?) que no permite ver con claridad el sol tras el horizonte azul.

Unos alegaban que morón no poseía la suficiente base económica para costear los gastos burocráticos y los gastos de inversión puesto que las grandes empresas instaladas en el área eran de carácter nacional y por lo tanto estaban exceptuadas del pago al municipio. En fin, toda una serie de elucubraciones que se desplomaron como castillo de naipes ante el viento de la realidad. Pero no todo fue obnubilación, la mayoría del pueblo en forma entusiasta acompañó a sus dirigentes (el comité pro-distrito) y a las fuerzas vivas de la comunidad hasta obtener el logro deseado.

Previamente a la decisión de la Asamblea Legislativa, presidida en ese entonces por el diputado Antonio Toro, se tejió toda una controversia en cuanto a los términos Distrito o Municipio, controversia que involucró a la comunidad y al cuerpo legislativo. Sí a algún moronense se le ocurría decir que Morón debería ser elevado a municipio (apegado a la aceptación jurídica correcta) se le veía con recelo o era tildado de traidor, se pensaba que tal término rebajaría la condición de la entidad, por tanto, en el coro mayontario se inclinó por la denominación de distrito y los diputados que no iban a echar para atrás la manifestación de un pueblo, y así fue aprobado.

Cuestión más de forma que de fondo. Al poco tiempo se sucedieron reformas legales en sintonía con lo que establecen la Constitución y la Ley Orgánica del Régimen Municipal y se ratificaría al municipio como unidad política primaria cuya autonomía permite elegir a sus propias autoridades y recaudar e invertir ingresos.


Al año siguiente de la elevación de Morón a Distrito, 1982, se nombró por parte de la Asamblea Legislativa una Junta Organizadora (que no administradora) que se encargaría de dar los primeros pasos para la organización y funcionamiento del futuro Concejo Municipal. Esta Junta se conformó considerando la relación de fuerzas que integraban la legislatura de ese período y proyectando la misma, en miniatura hacía el municipio. De tal manera que la junta quedó integrada de la siguiente manera: Dra. Lida Gutiérrez y José Antonio Ortega por AD, Gladys de Moreno y Pedro Romero Coello por COPEI y quien esto escribe por el MAS. Entre las cosas más significativas de esta junta estuvo la reunión con el presidente de la República Dr. Luis Herrera Camping, la recopilación de diferentes proyectos de ordenanzas facilitadas por los organismos especializados: Aveci, Fundacomún, Corpocentro, etc. Y la conversión de una antigua casa, donde funcionaba una escuela, en la sede del Concejo Municipal, gracias a la gentileza del párroco Félix Escobar.


Fuente: Libro Crónicas desde Morón, escrito por el Profesor Alexis Coello.



La Antigua Nirgua, Génesis del Municipio Juan José Mora

Nirgua constituyó junto con San Sebastián, Valencia, San Carlos, Araure, Guanare, Barquisimeto, Tocuyo, Carora, Trujillo y Santa Ana de Coro las once jurisdicciones que conformaban la provincia de Venezuela o de Caracas para la primera mitad del siglo XVII. El nombre originario de la fundación de esa ciudad fue Santa María del Prado de Talavera. Como caso excepcional en estos territorios, fue una ciudad fundada con mulatos y no con blancos como era la tradición.

No obstante, su conquista y su posterior fundación no fue fácil para los blancos españoles. La resistencia que hacían en defensa de su territorio los bravos indios Jirajaras turbó la paciencia a más de uno de los gobernadores de la provincia: Sancho de Alquiza, García Girón, Francisco de la Hoz Berrío. Fue con el gobernador Juan de Meneses y Padilla (1624-1630) que se allanaron las tierras de Nirgua con el apoyo de los ayuntamientos de Nueva Segovia, El Tocuyo y Valencia, los cuales contribuyeron con hombres, dineros y provisiones evitando así que los indios continuaran "imposibilitando el tráfico entre sus respectivas jurisdicciones, con sus constantes robos y asesinatos, causando gravísimos perjuicios a sus comercios». Despejado el campo de la hostilidad indígena se facilitó el poblamiento y la organización de la provincia de Nirgua: «La destrucción del núcleo de residencia indígena de Nirgua, permitió que la provincia dedicara su esfuerzo al desarrollo interno de la provincia, a la defensa contra los enemigos exteriores, consolidándose las comunicaciones y las poblaciones del occidente al desaparecer totalmente la amenaza indígena" (1).

Los límites de la jurisdicción de Nirgua eran los siguientes: ai norte, la costa marítima desde el río Sanchón hasta el río Yaracuy; al este la jurisdicción de Valencia; al oeste la de Barquisimeto; y al sur la de San Carlos.

Cuando Pedro José de Olavarriaga visitó la provincia en 1720-1721 describió, en su instrucción general y particular los aspectos que siguen:

«.Punta de Morón, el Puerto de Morón es a la banda del oeste, y los navios se arriman a la misma punta que les sirve de resguardo, de esta punta prosigue la playa sin puntas ningunas, sino formando un arco cóncavo que es el golfo; atrás de Morón es la sabana sobredicha. El valle es distante 2 leguas de la playa y tiene varías haciendas de cacao. Los holandeses hacen mucho comercio en este paraje por ser el camino que baja délos valles de Barquisimeto y San Nicolás, y por acercarse siempre más de la isla de Curazao. El río de Morón se desemboca a 200 pasos geométricos de la punta y bastante aguas».

«De Punta de Morón al río de Alpargatón: esta distancia es playa, y el terreno monte muy cargado. El río de Alpargatón sale de las serranías, y pasa por el pueblo de Alpargatan que es a 8 leguas de su boca en el cual hay varias haciendas de cacao... A una cuarta de legua de Alpargatón sale otro río chiquito llamado rio del Salado, el cual sale también de los cerros, y riega un valle llamado El Salado el cual tiene bastante haciendas de cacao que por razón de los cerros y montañas sale a la costa por Morón». El río Yaracuy se debe considerar como muy importante a los intereses de su majestad, pues el provecho que se puede sacar de él, es bastante para asistir a la defensa de su costa.

Olavarriaga solicitaba al rey que construyera un fuerte en la boca del rio Yaracuy para defender el tráfico comercial que se hacia desde los valles de Nirgua, Barquisimeto y San Nicolás a través del río Yaracuy en canoas contentivo fundamentalmente de productos agrícolas que iban rumbo al puerto de Puerto Cabello con destino a la exportación. En relación a la productividad de la jurisdicción, Olavarriaga decía que «Nirgua es también una de las mejores de la provincia» y agrega: «esta .jurisdicción es abundante en frutos y sobre todo en cacao que se avalúa a una fanega (55 litros y medio de áridos)por cien árboles".

De los asentamientos que componían la jurisdicción de Nirgua, Morón era su mayor productor de cacao, recordemos que este producto fue uno de los más importante de América y que en España era tan codiciado como los metales preciosos. El valle de Morón en la costa representaba para Nirgua el 31% de la producción total (1.740 fanegas - 174.000 árboles), seguido del valle de Urama que proporcionaba el 26% (1.440 fanegas-144.000árboles), el valle de Alpargatón 6% (343 fanegas - 34,300 árboles), si sumamos los tres asentamientos que hoy forman parte del municipio Mora tenemos que hay un aporte del 63% del cacao de la provincia de Nirgua. Entre tanto el resto de la producción era completado por el valle del Yaracuy 15% (819 F-81.900 A), San José de Canoabo 14% (774 F-77.400 A) y el valle de Cabría el 8 % (535 F-53.500A).

No todo el cacao se iba a la exportación, un remanente quedaba en las haciendas para el consumo interno. Así como los indígenas bebían el Chorote que después los españoles lo convirtieron en chocolate al agregarle leche, azúcar y vainilla; los habitantes de esta región consumían el Cerrero (bebida amarga), por lo cual Olavarriaga se quejaba porque gastaban anualmente 250 fanegas de cacao en esta bebida generalizada, en toda la jurisdicción.


Vaccari San Miguel Leticia: "Sobre Gobernadores y Residencias en la Provincia de Venezuela ". Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, Caracas. 1992, Pgs. 107 y 108.



Fuente: Libro Crónicas desde Morón, escrito por el Profesor Alexis Coello.



Evolución Cronológica Morense

En esta síntesis cronológica partimos del año en el cual tenemos testimonios más remotos del nombre de Morón.

Siglo XVI

En 1578, don Juan de Pimentel levanta un croquis del golfo Triste y menciona los siguientes ríos"Aroa, Aracoy (o Yaracuy) y Morón".

Siglo XVII

1628, el gobernador Juan de Meneses y Padilla incorporó a Urama a la jurisdicción de Nirgua; se induce que los territorios de Morón y Alpargatón también formaron parte de ella.

1683, don Gabriel Fernández y Villalobos , marqués de Barinas y Guanare, envió a su rey un documento denominado "Grandeza de Indias" y un fragmento que dice: "A poca distancia que se sale de Puerto Cabello se da en las playas de Paravachoa, que es, el pasaje donde los enemigos suelen asaltar a tierra para ir a morón, pueblo de indios..."

Siglo XVIII

1700, aparece Morón en los registros eclesiásticos como Santa Ana de Morón.

1720, se levantó un inventario de una iglesia que existió a cargo del capellán Sebastián de Herrera y se comprobó que Santa Ana era la patrona del poblado.

1720-1721, se levanta un censo geo-económico del territorio por Pedro José de Olavarriaga, el cual dice: «Morón, el valle es distante 21 leguas de playa y tiene varias haciendas de cacao las cuales dan L 740 fanegas. Alpargatón, el río es bueno y si fuera trabajado pudiera tener canoas, pero sin utilidad alguna».

1721, muere a manos de su esclavo don Fernández Caballero. El esclavo es decapitado y sus restos son esparcidos a los buitres.

1723, visita a Morón y a Urama un cura de Cagua enviado por el obispo Escalona y Calatayud. Aquél encontró una iglesia de paja sin cura fijo y que estaba dedicada a veneración de San Juan Bautista.

1730, se produce el alzamiento de Andresote y tuvieron que venir los frailes capuchinos Tomás de Pons y Salvador de Cádiz para redimir religiosamente a los insubordinados.

1738, se quemó la iglesia de Alpargatón cuando se celebraba la fiesta de San Vicente de Ferrer, luego el padre Ignacio de Paiva, que sirvió en Morón y Alpargatón, la hizo de nuevo.

1768, visita de don Ángel Altolaguirre señalando lo siguiente: existen "crías de ganado y otros animales, como asimismo manufacturas, cosa alguna, entrándole de afuera dulces y vestidos... su tierra fértil y capaz de producir tabaco y otros frutos".

1772-1773, visita del obispo Mariano Martí encuentra a Morón como "un pequeño caserío ubicado a escasos metros del río del mismo nombre, habitado por esclavos y otras gentes libres que cultivan las haciendas de cacao".

1795, se cae la iglesia de Urama que luego fue reconstruida por el cura Félix Antonio Matos,

Siglo XIX

1811, se otorga el título de ciudad a Puerto cabello. Alpargatón y Morón aparecen como Parroquias de la nueva ciudad.

1813, en el plan provisional de gobierno republicano se incorporan Morón y Alpargatón al corregimiento de Puerto Cabello.

1824, se promulgó la ley de división político-territorial de la República de Colombia en la cual se le da la denominación de Carabobo al territorio que hoy ocupan los estados Lara, Yaracuy, Cojedes y parte de Aragua. Morón y Alpargatón formaron parte como parroquia del cantón Puerto Cabello, no así Urama, que siguió integrada al cantón de Nirgua.

1826, el Libertador Simón Bolívar pasa por Morón y sigue a Puerto Cabello.

1831, fusilan a varios moronenses por rebelarse contra el gobierno.

1832, se crea la provincia de Barquisimeto separándola de Carabobo. Morón y Alpargatón son parroquias de Puerto Cabello.

1835, se crea el cantón de Montalbán dividiéndola de Nirgua. Urama pasó a ser parte del cantón Montalbán.

1835, nace el general José Félix Mora, presidente del estado Carabobo.

1854, Alpargatón y Morón se fusionan en una sola parroquia, llevando el nombre de este último.

1856, Urama se integra como parroquia al cantón de Puerto Cabello, separándose del cantón de Montalbán.

1859, llegan a Morón, en meses diferentes, los generales Ezequiel Zamora y Juan Crisóstomo Falcón. Este mismo año las fuerzas del gobierno tomaron represalias e incendiaron los caseríos de Morón, Sanchón y Alpargatón.

1864, Morón y Urama pasan a ser municipios del distrito de Puerto Cabello.

1866, el gobierno decide entregarle a los combatientes federales de Morón las tierras de la posesión Casas de Tejas, y encomienda al general Juan José mora para la repartición.

1866, es presidente del concejo Municipal de puerto Cabello el general José Félix Mora, nativo de Morón.

Siglo XX

1901, el municipio Morón comienza a llamarse Mora.

1921, al municipio Urama se le llamó Camejo en honor al Centenario de la Batalla de Carabobo.

1933, se inaugura la carretera Morón-Coro.

1936, se lincha al jefe civil gomecista de apellido Uribe por parte de una poblada.

1945, en lucha contra la malaria se riega por primera vez el DDT en Venezuela, hecho que se llevó a cabo en el territorio moronense.

1953, se crea la Petroquímica de Venezuela.

1981, se crea el distrito Juan José Mora, escindiéndose de Puerto Cabello y conformado por Morón y Urama.

1983, por ley, los distritos pasan a llamarse municipios autónomos, así Morón derivó en municipio urbano y Urama en municipio foráneo.


1990, los municipios autónomos pasan a llamarse simplemente municipios y sus divisiones parroquias.



Fuente: Libro Crónicas desde Morón, escrito por el Profesor Alexis Coello.



Morón Pasado y Presente

El antiguo San Francisco del Valle de Morón formó parte de la jurisdicción de Nirgua hasta la segunda década del siglo XIX. Es a partir de 1811 cuando se incorpora oficialmente como entidad subalterna a la jurisdicción de Puerto cabello. Como la mayor parte de los pueblos de Venezuela, Morón no tiene fundación oficial, fue surgiendo lentamente entre el fragor de los tambores y el sudor o la sangre del negro africano que hacían germinar las labranzas de un puñado de haciendas de cacao, tal como nos lo revelara Don Ángel Altolaguirre en 1764" / "Existen cinco haciendas de cacao, que produjeron para el citado año 64, alrededor de 225 fanegas, que producen también maíz y plátano que llevan al puerto a vender, que exista cría de ganado y otros animales que hay algunas manufacturas, pero que de afuera dulce, carne y vestidos".

Su cercanía al puerto de Puerto Cabello lo convirtió en un excelente proveedor de productos agrícolas para la exportación a la vez que un constante consumidor de bienes manufacturados. Asimismo su situación en el arco costero central posibilitó con mucha frecuencia las acometidas de las actividades de comercio ilegal con los holandeses que desde la isla de Curazao operaban en todas las zonas del litoral burlando la estricta vigilancia de la Compañía Guipuzcoana, de allí que entre los años 1732 y 1735 se levantara el zambo Andresote en las riberas del río Yaracuy defendiendo el contrabando con los holandeses y apoyando a los hacendados, comerciantes y demás pobladores de la región.

El nombre de Morón le viene a su río, que en 1578 ya aparecía en el croquis levantado por don Juan de Pimentel, el nombre pasó del río al incipiente poblado de entonces. Probablemente este apellido lo trajera a Venezuela el encomendero y capitán Juan de Morón, quien fue fundador y alcalde de la primogénita ciudad de Maracaibo (Rodrigo de Maracaibo), participó en la conquista de Cuicas (Trujillo) y en Nueva Segovia (Barquisimeto) blandió su espalda para defender los intereses de su rey español. Después se viene a Nirgua donde se residencia y gasta parte de su fortuna. Es factible que el apellido de este ilustre conquistador se presentara para colocársele a un río de su jurisdicción nirgüense.

Otros poblados del área también tuvieron relativa importancia para la segunda mitad del siglo XVIII, nos referimos al caserío de Alpargaten que llegó a ser cabecera de pueblo y tuvo en su oportunidad más habitantes que Morón, el obispo Mariano Martí nos dice que en 1773 "San Francisco del Valle de Morón tenia 31 casas, 31 familias y 127 habitantes y San Vicente Ferrer del valle de Alpargatón, 45 casas, 45 familias y 202 habitantes".

Al principio se tuvo como patrón al pueblo de San Francisco, pero luego se comprobó en los registros eclesiásticos -a partir de 1700- que el verdadero patrón o matrona era la virgen de Santa Ana, año en el cual comienza a adquirir fisonomía de pueblo.

Durante la Guerra de la Independencia se destacó uno de sus hijos: el general Juan José Mora -epónimo del municipio- quien con el grado de sargento primgro había ingresado bajo las órdenes de Juan Uslar, además fue miembro de la compañía de granaderos que tomaron la plaza de puerto Cabello en 1823 con la hábil conducción del centauro José Antonio Páez.

Morón fue un pueblo sacudido por el movimiento federal. Contingentes de moronenses salieron tras los pasos de los generales Zamora y Falcón en ocasión de sus llegadas a este terruño en el mes de marzo y de julio, respectivamente, del año de 1859. Inspirados en su consigna "Tierras y hombres libres" lucharon en la batalla de El Palito derrotando a las tropas godas, luego siguieron por los caminos de María Lionza en pos de los oligarcas. La Federación se llevaba a centenares de moronenses y a sus dos hijos predilectos: el Gral. Juan José Mora y José Félix Mora. Este último llegó a ser presidente del estado Carabobo en las postrimerías del siglo pasado, fue leal amigo del Gral. Joaquín Crespo y de su Revolución Legalista.

Fue en Morón donde se disparó el primer tiro contra el paludismo un 2 de diciembre de 1945, ese día domingo revivieron las esperanzas de un mejor porvenir. Venezuela era presa fácil de la malaria, en los caminos y en los humildes ranchos yacían cuerpos inertes, la vida se truncaba en corto tiempo, "cuando Levi Borges -guarda jefe de la primera cuadrilla de los dedetizadores- llamó a la puerta de un rancho de bahareque y techo de palma, en el Municipio Morón, estaba comenzando para Venezuela una nueva etapa de profundas transformaciones", o como diría después Uslar Pietri: "La transformación social y económica que está sufriendo nuestro país en el presente no es puramente la consecuencia de la Venezuela con petróleo, sino el gran parte de la Venezuela sin malaria". Pues este hecho de trascendencia histórica ocurrió el Morón con la aplicación por primera vez del DDT en el país, fueron protagonistas de este acontecimiento los doctores Amoldo Gabaldón, Enrique Tejera, Arturo Luis Berti y otros. Esta hazaña marcó para Morón un rescate de la malaria y su enrumbamiento definitivo hacia el progreso.

Después de 1945 la población moronense se multiplicó. De aquellos 800 habitantes que quedaban ese año se saltó a 2.278 en 1950. Su gente ya sana se incorporaba a sus labores agrícolas. Pero en realidad la verdadera vocación de este territorio es la vocación industrial por su estupenda posición geográfica, accesible a los centros económicos más importantes del país, es por ello que se produce una inversión, tanto pública como privada que van a dinamizar el área, y de un espacio de uso agrícola se pasa violentamente a un espacio de uso industrial. Es así como el año de 1953 se crea la petroquímica que va a dar sus frutos en 1957 con la producción de clorosoda, En 1954 ingresa la industria papelera Venepal, siendo productiva en 1961. en la década de los sesenta se instala la Mobil Oil Company (hoy Corpoven) en jurisdicción de Morón igualmente lo hace la Corporación Venezolana de Petróleo (CVP) en las adyacencias de la petroquímica. En el año 63 se ubica en Palma Sola la planta ensambladura Volkswagen, en los años 70 hace realidad la Planta Termoeléctrica del Centro (Planta Centro), en las inmediaciones de Pequiven se agruparon las empresas mixtas: Tripoliven, Ferralca y Produven productoras de tripolifosfato de sodio, sulfato de aluminio y cloroflorometanos respectivamente. En 1976 se crea la Compañía Anónima de Industrias Militares (Cavim). Todo esto va a impulsar a Morón hacia su crecimiento económico y hacia una mejoría del nivel de vida de sus pobladores.

Las fuerzas vivas de Morón logran en 1981 que la Asamblea Legislativa del estado Carabobo lo eleven a la categoría de distrito obteniendo así su autonomía eligiendo sus primeras autoridades municipales en el año de 1984.


Morón es hoy uno de los municipios industriales más importantes del país, se han consolidado sus finanzas públicas municipales que en menos de 15 años lograron ascender de 4 millones de bolívares en 1984 a mas de mil millones en 1997, por supuesto, que hay que tomar en cuenta la devaluación de la moneda, pero sin embargo no deja de ser significativo este incremento. Han mejorado sus servicios básicos como la vialidad, el ornato urbano, el servicio de agua y la electricidad se ha extendido por todos los rincones del municipio, se perfila en el futuro una provechosa actividad turística, se asientan nuevos establecimientos comerciales y pequeñas industrias, han aumentado considerablemente las instituciones educativas, numerosos moronenses se han formado en las aulas universitarias. Desde luego, persisten serios problemas como la contaminación ambiental producto de las emanaciones químicas (líquida y gaseosa) de las empresas, se ha acelerado el déficit habitacional, el desempleo ha llegado a índices inusitados, no obstante ser una variable de índole nacional. Sin embargo Morón sigue creciendo y tocará los umbrales del segundo milenio con una población que sobrepasará a los 80 mil habitantes.



Fuente: Libro Crónicas desde Morón, escrito por el Profesor Alexis Coello.



Prólogo Libro Crónicas desde Morón

Morón encrucijada en el tiempo donde aún resuenan en noches silenciosas los chasquidos metálicos de los sables revolucionarios de la Federación y a lo lejos las voces de mando de Zamora y de Falcón.

Como Cronista De San Diego y Consultor Jurídico de la Corporación que agrupa en su seno a todos los Cronistas Oficiales de la geografía carabobeña, confieso que constituye, para mi, un significativo honor la deferencia especial que ha tenido conmigo el muy apreciado amigo y abnegado Cronista de Morón, Profesor Alexis Coello, al depositar en mis manos -una inolvidable tarde de mar, de canciones y recuerdos- un legajo de interesantes crónicas publicadas con antelación en la sección costera del diario Noti Tarde, en su esperada y leída columna Desde Morón, con el propósito de que le hiciese la presentación a tan ricas páginas -todas impregnadas con ese suculento sabor telúrico que brota de las entrañas del alma colectiva del sentimiento moronense- que al fusionarse en un todo, con el homenaje de la imprenta, dieron como producto final este nuevo y valioso aporte a la bibliografía carabobeña.

Traigamos a este espacio la voz autorizada del Cronista Mayor de todos los tiempos en Venezuela, el muy valenciano Cronista de Caracas Don Enrique Bernardo Núñez: «Un pueblo sin anales, sin memoria del pasado sufre una especie de muerte, viene a ser como aquella tribu que sólo andaba por el agua para no dejar su huella» y... qué profunda huella ha dejado marcada, para la posteridad, el ilustre Cronista de Morón con la edición de este libro, testimonio fiel de su profunda erudición académica.

Por lo que respecta a nosotros siempre ha gravitado, en nuestro interior, como una constante, el firme criterio de que si se quiere eliminar un pueblo de la historia hay que comenzar por eliminar la historia de ese pueblo; por lo consiguiente: esa marcada dipsomanía que refleja el Prof. Coello por todas aquellas cosas que respiren esencia del pasado, lo inducen a calmar la sed bebiendo, hasta la saciedad, el milagroso elixir que brota de la fuente cristalina que nutre el álbum historiográfico de la vida de los pueblos, lo que nos garantiza admultos anuos la existencia de Morón en el contexto del tiempo, y que hoy, gracias a la epistemológica pluma del acusioso investigador de su devenir histórico, la progresista ciudad de Morón se encuentra robustecida porque él ha sabido continuar con mística y dignidad la noble empresa emprendida por ese gran roble y excelente amigo Don Miguel Elias Dao, Cronista de Puerto Cabello y Presidente Honorario Vitalicio de la Asociación de Cronistas de Venezuela, quien con sus hermosos 82 años a cuesta sigue demostrando la misma energía que ayer derramaba.

Cuando nos adentremos en las refrescantes páginas de este documentado estudio, nacido como el ave Fénix de las cenizas, hemeroténicas, de crónicas viejas, recorreremos, sin cansancio y de un solo jalón, la idiosincrasia; el sentir, el pensar y el querer, de ese noble terruño que bajo los signos de las saetas inexorables del tiempo se abre -con el corazón abierto como una flor de cayena- a todos los caminos de la patria, esos mismos caminos que condujeron los pasos hasta Morón de la diáfana figura del Pater Patriae un 31 de diciembre de 1826, que hizo que todas «Las casas del pueblo se vistieran de soles» como lo dibuja Don Miguel Elías Dao; precisaremos el dato exacto de la evolución cronológica morense, como lo detalla, fehacientemente, el Cronista en uno de sus artículos: el nombre de Morón lo conseguiremos por vez primera en 1578 en un croquis levantado por Juan de Pimentel. En 1628 se incorpora a la jurisdicción de Nirgua -según inducciones del erudito Cronista-.

En 1700 se ubica en los registros eclesiales como Santa Ana de Morón. En 1730 la abismada población contempla el alzamiento contra la Real Compañía Guipuzcoana del valiente zambo valenciano Juan Andrés López del Rosario, mejor conocido como Andresote o bajo los apodos de Bemba e trueno, Boca e'jarro (por la protuberancia de los labios), Cara e' susto o Pata pal' monte. Durante 1772 - 1773 recibe la visita, itineraria, pastoral del Obispo de la Diócesis de Caracas, limo. Exmo. Mons. Don Mariano Martí, quien suministró al niño Simón Bolívar el sacramento de la confirmación en la fe católica. El 25 de junio de 1824 con la creación de la Provincia de Carabobo por el Soberano Congreso de Colombia, Morón se desprende de Nirgua y se integra al Cantón de Puerto Cabello; (según lo consagrado en la Constitución del 28 de marzo de 1864 los Cantones se llamaron Departamentos, luego Distritos, Municipios Autónomos en 1983 y desde 1990 Municipio).

En 1859 llegan a Morón los Generales Zamora y Falcón e instalan el Cuartel General de la Revolución Federal. Movimiento que culminó con el Tratado de Coche en 1863 y es nombrado Presidente de la República Juan Crisóstomo Falcón. En 1901 el Municipio Morón comienza a llamarse Mora en homenaje a la memoria de su hijo epónimo Juan José Mora. El 2 de diciembre de 1945 gracias a los doctores Arnaldo Gabaldón, Enrique Tejera, Arturo Berti y otros proceres revolucionarios de la ciencia, se comenzó a combatir al fatídico ejército del hasta entonces victorioso General Paludismo con los mortíferos misiles del D. D. T. (dicloro- difeniltricloroetano) bajo el mando del Jefe de la Primera Cuadrilla de dedetizadores Levi Borges, resultando favorecidas las armas de la República. Expresa el Dr. Arturo Uslar Pietri en una de sus reflexiones: «.La transformación social y económica que está sufriendo nuestro país en el presente no es puramente la consecuencia de la Venezuela con petróleo, sino en gran pane de la Venezuela sin malaria». En el lugar donde se libró la primera batalla contra el fatal enemigo, que tenía desolada a Venezuela, hoy se levanta el monumento al zancudo muerto, ideado por el valenciano Don Ramón Chazzím, llevado a cabo por el Club de Leones de Valencia e inaugurado el 2 de diciembre de 1955. El año 1981, por Acuerdo de la Asamblea Legislativa del estado Carabobo, es creado el Distrito Juan José Mora, conformado por Morón y Urama que se desmembraron del Distrito Puerto Cabello.

En el mes de abril de 1997 a proposición del Alcalde Ing. Rafael Garrido fue aprobado unánimemente por la ilustre Cámara Municipal como Primer Cronista Oficial de la urbe el Prof. Alexis Coello, que venía de ocupar la curul edilicia en ese mismo Ayuntamiento por un lapso de nueve años. Obviamente, jugó un papel primordial en la conciencia de los concejales, para tan importante e histórica decisión, los méritos y virtudes que engalanan la honorable personalidad del hoy ilustre Cronista moronense; acrisolado espejo donde deben contemplarse las nuevas generaciones (y las viejas también) para orgullo de la patria.

El Profesor Alexis Coello vio la luz primera en la Península de Paraguaná, en 1956, de muy niño sus padres constituyeron un cristiano hogar en suelo moronense, suelo al cual el Prof. Coello le ha dedicado con auténtico amor filial lo mejor de su existencia. Egresó, con honores, del Instituto Pedagógico Universitario de Maracay en la especialidad de Ciencias Sociales, Profesor Titular del Liceo Ambrosio Plaza, donde se le quiere y se le respeta, experto en materia municipal, director fundador de la revista Morón ayer y hoy; luce sobre su pecho las veneras de las Ordenes Mérito en el Trabajo y Juan José Mora, su obra histórico-literaria se circunscribe a los siguientes libros: Pinceladas en el tiempo, que tuve el placer de disfrutar en San Javier del Valle, una gélida madrugada merideña, en ocasión de efectuarse la XXVII Convención Nacional de Cronistas de Venezuela, Morón y estas páginas donde se retrata, en toda su intensidad, con el lente mágico de la palabra, la historia grande y la historia pequeña, como la de Clodomiro que a su caballo se lo llevó el atraso y a su Clarita se- la llevó el progreso y a él... se lo llevó la tristeza; vivencias; travesuras juveniles, que hablan de una época, como aquella del ciego Estanislao, que era ciego pero que no era bolsa; folklore, costumbres, tradiciones, sueños y añoranzas, que reflejan el espíritu poético y romántico del artífice: "El tractor del progreso echó al suelo las últimas espigas del vergel de la vieja aldea".

En verdad, como amante de la buena lectura y del dato 'histórico preciso, al final de la lectura de las páginas que depositaron en mis manos -una inolvidable tarde de mar, canciones y recuerdos-deseaba que se multiplicaran para seguir disfrutando de tan didáctica y amena lectura, fundida en el crisol de la llama ardiente de la nacionalidad, pero estamos seguros que la producción prolifera del muy distinguido Cronista no se detendrá con las piedras que, algunas veces, se presentan en el camino, por el contrario, muy pronto, estamos seguros, nos sorprenderá, gratamente, con una nueva producción.


Julio Centeno, hijo


Fuente: Libro Crónicas desde Morón, escrito por el Profesor Alexis Coello.



Entre el Mar y la Montaña

Morón se encuentra ubicada en el extremo noroccidental del estado Carabobo. Se expande en forma de abanico entre la montaña y el mar: se estrecha en el este, (punto máximo en el río Sanchón) y se ensancha hacia el noroeste. Su límite norte es el mar Caribe, desde la desembocadura del Sanchón hasta el estuario del río Yaracuy. Al sur se encuentra con la cordillera de la costa donde limita con la fila La Justa, Rica y Temerla, cabecera de los ríos Morón, Sanchón, Alpargatón y Urama. Al oeste la quebrada El Fraile (línea limítrofe entre los estados Yaracuy y Carabobo); al este, el río Sanchón.

Posee una extensión de 14 kilómetros de costa, en general de buenas playas, la llanura fluvio-marína se localiza al norte y al sur descansa en el macizo montañoso, es un paisaje variado, con montañas, llanuras, ríos y mar. Su clima generalmente cálido, con pocas oscilaciones su temperatura se mantiene alrededor de los 27grados centígrados, la pluviosidad alcanza los 1.045 mm anual, lo que indica las escasas precipitaciones en el área. Sus ríos son de cauce cortos y medianos como el Sanchón, Morón, Alpargatan y Urama. Y de cauce largo como el Yaracuy, que desemboca en el extremo occidental del municipio, en el mar. La mayoría de estos ríos están talados en sus cabeceras (el Morón fue reforestado) o están contaminados en sus cauces medios y bajo o están sus aguas, en su curso alto, al servicio de las grandes empresas de la zona.


Los suelos del norte son salina-arenosos, gozan de mayor fertilidad los emplazados al sur-oeste del municipio, hacia las poblaciones de Alpargatan y Urama, donde se desarrolla cierta actividad agropecuaria de subsistencia o extensiva en el primero, y comercial e intensiva en el segundo.

Fuente: Libro Crónicas desde Morón, escrito por el Profesor Alexis Coello.


Profesor Alexis Coello

Para Morón, Alexis Coello no es solamente su cronista, también el hombre público que se dio a conocer exitosamente con la juventudestudiosa del litoral carabobeño como docente de las ciencias sociales, principalmente en el Liceo Ambrosio Plaza, y el luchador social que se desempeñó durante una década como concejal, porque llevó permanentemente en el corazón la imagen de su terruño con la inquietud del que conoce su espacio y los procesos de cambios que le imprimen su gente.

Para él es claro que los espacios son dinámicos y sujetos a transformaciones permanentes producidas por fuerzas internas y externas: la económica, la social, la política y la ideológica se entremezclan para generar condiciones históricas determinadas. Como docente, licenciado, profesor en Ciencias Sociales egresado de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, cursó sus estudios en el pedagógico de Maracay, posee la formación, la base conceptual, que le permite estar permanentemente en un proceso de adquisición de conocimientos y experimentar con los mismos para obtener otros nuevos y así asumir cabalmente los roles que como ciudadano ha venido desempeñando.
La historia no esta reñida con la economía, la sociología, la política, la investigación, o la poesía, al contrario, las absorbe y las hace suya como ciencia madre de todas las ciencias. Las crónicas más lejanas de la historia las cantaron en versos los trovadores; la mayoría de esas crónicas no tuvieron autor determinado, por ello las llamaron anónimas. Mas, no era que no tenía nombre propio, ese autor no estaba visible, era que el autor no tenía nombre propio, ese autor era el Pueblo que por boca de sus rapsodas cantaban y contaban lahistoria de su vida poblada de hazañas, de hechos heróicos, era una forma sencilla, sintética, de narrar los hechos históricos de manera amena para cautivar la atención de propios y extraños, de jóvenes y de viejos. Alexis Coello sume en la práctica y perfectamente el rol de cronista de Morón, ucando hace registro del acontecer de San Francisco del Valle de Morón desde 1811 cuando se incorpora a Puerto Cabello y por consiguiente a Carabobo, e indaga y da a conocer los más transcendentales hechos históricos anteriores como lo dejó plasmado de manera sintetizada en su “Evolución Cronológica Morense”, insertando en su columna Desde Morón, en el diario Noti Tarde y posteriormente publicado en “Cronicas desde Morón”; a la vez que relata como la génesis del Municipio Juan José Mora es Nirgua, una de las once jurisdicciones que conformaban la provincia de Venezuela. Desde 1997 cuando fue seleccionado por el Concejo Municipal y asumió el histórico compromiso de Cronista de Morón, ha venido caracterizando paulatinamente en lo neohistórico, económico, social, y todo el quehacer humano, y como lo dijo acertadamente el poeta José Joaquín Burgos “con pasión y diligencia para que la memoria moronentse no se diluya en la fugacidad ni se borre de la conciencia de las nuevas generaciones”.
Al nuevo mundo llegaron los llamados Cronistas de Indias y la Corona española le dio singular importancia a la crónica en sus dominios de ultramar, interesados como estaban los monarcas de conocer la realidad geográfica, topográfica, eclesiástica, social, económica y de cualquier otro aspecto en lo que ellos llamaban Indias Occidentales, incluso el Rey Felipe II instituyó la función de cronista Mayor. Con el tiempo no hubo más cronista mayor en forma individual porque la Real Academia de la Historia asumió el papel a perpetuidad.
En Venezuela, en la época contemporánea hemos contado con ilustres cronistas, entre ellos citemos a Arístides Rojas, Tulio Febres Cordero, José Domingo Tejera, Mario Briceño Iragorry, al valenciano cronista de Caracas, Enrique Bernardo Núñez; y se ha establecido en forma definitiva el cargo de Cronista Oficial, existente hoy en ciudades y pueblos con pasado memorable. Es el caso de Morón con un espacio históricamente caracterizado por su condición de encrucijada en el centro norte costero del país, entre el mar Caribe y la montaña de lacosta, con caminos que se cruzan hacia todos los destinos nacionales, también lugar de hechos históricos venezolanos importantes, donde se ha hecho y se hace historia y que el cronistaha podido rescatar y dar a conocer con profunda identificación, con la vehemencia del que quiere hacerlo, además acompañado der rigor científico de quien tiene la formación acadçemica especializada para la investigación, el análisis, comprensión, valorización y evaluación temporoespacial.
Nacido en la península de Paraguaná, en el cercano estado Falcón, desde los cinco años se hizo en Morón de la formación que le permitió ingresar al Liceo Nacional Miguel Peña enPuerto Cabello, en escalada hacia la universidad en la ciudad de Maracay en procura de la formación académica, punto de partida del proceso intelectual que transita como docente,cronista y luchador social. A partir de 1984 y durante una década se desempeñó como concejal del municipio Juan José Mora, tiempo de conocer y palpar directamente la realidad de su entorno, conocer profundamente la gente, sus características fundamentales; es el tiempo de transitar, revisar, conocer todo su espacio local y su problemática; de caminar los lugares, barriadas y sitios, los recovecos menos accesibles, pero alcanzando la profunda identificación y terruño, que supo analizar y conocer mejor, cada vez con mayor profundidad en la medida en que se constituyó en estudioso del recién creado municipio Juan José Mora, en 1981, para lo cual el desempeño docente en las ciencias sociales y las actividades académicas extra cátedra le proporcionan base afectiva y científica para un cabal desempeño intelectual.
En 1995 publica “Morón”, que constituye un aporte importante en lo histórico, geográfico, y económico para los estudiantes y docentes identificados con la metodología que permite mostrar al medio local como ejemplo o muestra de las características de una localidad frente a todo el país. Pero también para todos los carabobeños y venezolanos que quieren acercarse y conocer este punto nodal de la geografía venezolana, con sus significativos hechos históricos y acontecer económico de importancia nacional, de sus gentes, costumbres y tradiciones. Dos años más tarde publica “Pinceladas en el Tiempo” donde recopila trabajos de investigación que ha realizado a la par de su ejercicio docente como Asesor de la Sociedad Bolivariana de la Unidad Educativa Ambrosio Plaza, y para cumplir responsabilidades como Orador en sesión solemne del Concejo Municipal morense en las efemérides del 12 de octubre del año 1996. Vale señalar que la lectura de estos materiales nos enfrenta con el historiador que manejando y señalando una bibliografía específica nos ubica con ideas y reflexiones muy esclarecedoras de los procesos históricos abordados como la cultura de Venezuela en los siglos XVIII y XIX, las ideas pedagógicas del Libertador y el enfrentamiento entre mitos y realidad de la trascendental fecha del 12 de octubre de 1492.

Ese mismo año 1997 es seleccionado por la cámara edilicia como Cronista de la ciudad de Morón, y su vida de hombre público se enrumba de manera inequívoca al servicio de su comunidad cumpliendo cabalmente con la recopilación, selección y puesta a la luz pública de la hasta ese momento inexistente crónica de Morón. Dedicando la primera edición a la Virgende Santa Ana como patrimonio religioso de los morenses inicia la publicación de “Morón, Ayer y Hoy” señalando que el propósito específico es ir difundiendo las crónicas y los acontecimientos más relevantes suscitados en el ámbito del municipio Juan José Mora. En la publicación, se encuentran reseñados variadísimos aspectos de la vida de Morón; desde la nota religiosa, la constante incursión en lo geográfico e histórico, la problemática ecológica, las efemérides, los personajes históricos, los personajes populares, reseñas de eventos estudiantiles y deportivos, el acontecer científico.
Todo tiene su espacio en la publicación que se mantuvo durante varios años dando así fiel cumplimiento a su identificación de ayer y hoy, respaldado siempre con un buen material fotográfico que permitió rescatar los cambios espaciales más importantes de Morón.
A finales del año 2000 publica “Desde Morón”, constituyendose en la primera edición de sus crónicas publicadas en el diario Noti Tarde, donde queda plasmada una extraordinaria recopilación del proceso histórico y de todo el acontecer morense, sin lugar a dudas sus páginas permiten evidenciar el importante rescate que hace el cronista Alexis Coello para dejar escrita la historia del pueblo y para el pueblo de Morón y todo Mora desde sus históricas luchas épicas, hasta los casos más pintorescos, pero todo escrito con gran naturalidad, como partícipe de todo lo narrado; elementos que sumados a su condición de historiador, entre otros atributos, le permiten ser Miembro de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo.
Realizó, en “su” universidad, la Upel, durante un año, un importante curso de “Actualización de Cronistas”, que a la par de su constante preparación académica le otorgan una gran potencialidad para una mayor y cada vez mejor producción intelectual, tal como cursar en la Universidad de Carabobo, Maestría en Historia de Venezuela, y culminar felizmente con la Tesis “La Erradicación de la Malaria y el Crecimiento Sociodemográfico de Morón” , con la mención “Publicación” en el año 2003, con la excelencia que permite la publicación de “Morón, Auge y Caída del Paludismo en Venezuela”, también publica en 2005 “Voces y Caminos”, este luchador social, cronista y educador que ha sido considerado como Gran Comendador, en 1ª clase en su municipio; tiene 2ª clase de Mérito al Trabajo; 3ª clase “27 de Junio”, importante condecoración como educador.

Alexis Coello, luchador social, cronista y educador que se incorporó recientemente como miembro de la Academia de Historia de Carabobo, constituye un excelente ejemplo de identificación profunda con todo su entorno, en el que se formó e hizo familia desempeñando variados roles de ciudadano y que no ha dejado de evolucionar y crecer intelectualmente al punto de estar actualmente cursando un Doctorado en Educación en la ULAC, Universidad Latinoamericana y del Caribe, es un digno e insigne representante de los educadores del litoral carabobeño y de Venezuela cuando nos proponemos recordar y celebrar el sesenta y dos aniversario del decreto del Presidente Isaías Medina Angarita que estableció la celebración del “Día del Maestro” el 15 de enero de cada año como homenaje permanente a los educadores venezolanos.


Nació en la comunidad de Punto Fijo, estado Falcón, el 19 de febrero de 1956. Es docente de profesión formado en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador en la ciu­dad de Maracay, con una maestría en la Universidad de Carabobo en Historia de Venezuela y cursante del doctorado en educación en la Universidad Latinoamericana y del Caribe.
Entre su amplio desempeño laboral está ser el actual cronis­ta oficial del municipio, miembro de a Asociación de Escri­tores del Estado Carabobo, miembro de la Academia de Historia del Estado Carabobo y miembro de la Asociación de Cronistas del mismo estado. Ha publicado varios libros, entre los últimos Morón: auge y caída del paludismo en Ve­nezuela, Voces del camino y El último víaje. Por su labor pe­dagógica y creativa ha obtenido diversos premios, entre ellos la Orden Juan José Mora en su primera clase.


40- Personajes populares Cielito Azul



Era un personaje de leyendas, este hombre de figura atlética y ademanes de Caballero de la Corte de Zares, Reyes o Emperadores. Se desplazaba por las viejas calles del puerto, impecablemente vestido de azul, con zapatos, medias y corbatas del mismo color, que resaltaban una elegancia que él manejaba con absoluta maestría.

Pocas personas conocían sus nombres y apellidos, así como el lugar de su residencia y zona de trabajo. El pueblo con la chispa criolla que es parte de su patrimonio personal, bautizó al sujeto como "Cielito Azul", pero una dama entrada en años cuya residencia estaba ubicada precisamente en la ruta transitada por el humano azulejo, al paso de éste le gritaba con todas las fuerzas de su mala intención. . . Adiós. .! Peíto Azul. Y este apodo para toda la vida, quedó estampada en la humanidad de aquel ciudadano.

39- Personajes populares Cabuyita



El anciano con su pesada carga de años, lentamente contabilizaba sus pasos, como retardando el arribo a su ruta final.
En la juventud de este hombre, según versiones orales de viejos porteños, mantenía extrordinaria agilidad en sus desplazamientos diarios, que motivaban elogiosos comentarios para su orgullo personal. Transitando años, su octogenario espacio vital, conservaba rasgos de su antigua condición física, sobre todo cuando algún travieso transeúnte le gritaba en plena vía pública un sobrenombre que lo llenaba de enojo. . . Adiós. .! Cabuyita; al escuchar el agraviante saludo, sacudía su esquelética figura, garrote en mano, hacia el lugar donde el insolente le faltaba el respeto y desde su cansada garganta como una estampida salía la voz cargada de protesta con incendiarias palabras involucrando a la madre del insolente.

38- Personajes populares El loco Eloy



Lo conocimos cuando transitaba por las concurridas calles de la ciudad, acompañado de una grata sonrisa y su típico saludo a los numerosos transeúntes que encontraba en su camino. Tenía una memoria privilegiada para identificar a las personas por sus nombres y apellidos. Su presencia infundía simpatía y todos sus saludos los correspondían con amabilidad sin lesionar la personalidad de aquel hombre inofensivo.
Nuestro famoso personajefrecuentemente expresaba su fe bolivariana, llegando al colmo de escoger la quietud de la media noche para invocar a viva voz el espíritu delLibertador:
Bolívar. . . donde estás. . . ? y esto lo repetía con vehemencia.
La oportunidad se presentó una noche, cuando las estrellas se escondieron en las nubes y la luna silenció su luz para cubrir la zona de tinieblas. Un vecino del Club Los Rivales, fastidiado de las periódicas incursiones del orate para invocar aBolívar, cuando éste comenzó su oración con la mirada perdida en el firmamento y los brazos en alto:
Bolívar. . . ¿Dónde estás. . . ? sorpresivamente salió tapado con una blanca sábana, contestán¬dole con la voz ronca como salida de profunda caverna: Eloy..! aquí estoy... ¿qué quieres..?
Y eso bastó para silenciar definitivamente al trasnochador bolivariano, quien emprendió veloz carrera hacia San Millán, dejando atrás los motivos para esta narración. Eloy tal vez había escuchado los temerosos susurrqs de grupos desafectos a la dictadura perezjimenista, que en horas de la tarde se reunían en laPlaza Concordia. Tomando para sí, a quellas protestas silenciosas, se paró encima de un banco del pequeño parque y con toda la fuerza de sus pulmones gritó la peligrosa consigna de la época:
Abajo Pérez Jiménez. . . Carajo. .!

Días después, el cadáver de aquel infeliz loquito permanecía en la Morgue delHospital Municipal, víctima de la golpiza que le propinaron los esbirros del régimen. En una fosa cualquiera del viejo Cementerio de Campo Alegre inhumaron sus restos; en el lugar desapareció todo vestigio de su presencia física y ni siquiera un ladrillo quedó para identificar su tumba.

37- Personajes populares Caraotica



Entre los personajes populares cuyo recuerdo permaneció hasta finales de la tercera década del-siglo xx, se encuentra un "Cochero" conocido como Caraotica, por haber perdido su identidad entre el humo maloliente del tabaco en rama y el exceso de alcohol barato alojado en su esquelética humanidad. El año 1919 la ciudad sufrió los rigores de una epidemia diagnosticada como "gripe española", cuyo saldo trágico cubrió de dolor a gran parte de la población. La enfermedad no respetó clasessociales: ricos y pobres, blancos y negros, fueron víctimas de este morbo, que según los médicos sanitaristas procedía de Europa.
En la Sabana de Santa Lucíase acondionó un terreno para sepultar los centenares de cadáveres que la peste dejaba en su tránsito de muerte por todos los rincones del pueblo. La sanidad encargó a Caraotica el trabajo de transportar la peligrosa carga hasta su última morada. Este hombre y el célebre personaje de la "Barca de Carente", tenían gran similitud.
El Carretón tirado por una famélica muía hacía su diario recorrido por calles y callejones donde el luto ensombrecía el corazón de sus habitantes. Macabra visita la de aquel "Caraotica", cuando después del toque a la puerta de la vivienda preguntaba con voz melosa: Cuántos muertos hay en esta casa...? Los cadáveres recogidos a domicilio para llevarlos a la fosa común de Santa Lucía, llenaban el apretado espacio de aquel peculiar transporte urbano. Uno, dos, tres y hasta diez, contaba con amplia sonrisa "el cochero de la muerte". Por cada cliente cobraba unbolívar y el premio de una botella de caña blanca en cada viaje.

Existía un sórdido rumor en el pueblo sobre la conducta de "Caraotica" y su cadavérica clientela: cuando algún viajero infortunado tirado al carretón por un diagnóstico improvisado sobre su muerte, lograba sobreponerse durante la dura travesía y gritaba desesperado para advertir al conductor que él aún vivía, el célebre cochero le respondía con toda la mala intención que su estado etílico le permitía: Cállese carajo. . .! usted está muerto y al joyo va. . .! y así era.

36- Personajes populares El cometón



En los alrededores del mercado municipal y la Plaza Concordia, durante muchos años trabajó vendiendo billetes de lotería, un sexagenario cuya voz ronca motivó que los jóvenes de entonces le bautizaran con el sobrenombre de "Cohetón".
Al principio sonreía complacido a los niños, cuando éstos simulaban el vuelo del artefacto explosivo y luego su ruidosa detonación. Los muchachos una vez que cumplían su misión de molestar al viejo billetero emprendían la fuga rumbo a susescuelas u hogares.
El sonido característico del cohete en su ascenso vertiginoso, lo imitaban con un silbido largo y profundo que finalizaba con el estallido. Las chanzas se prolongaron haciéndose cada día más pesadas para la víctima, hasta el punto de perder el sexagenario su identidad personal, ya que todos lo conocían como "cohetón".
Un joven estudiante valenciano paseaba con un amigo por la calle Bolívar y al llegar a la plazoleta del mercado encontraron al célebre vendedor de billetes. El acompañante porteño le sugirió al valenciano que hiciera una imitación del vuelo de un cohetón y cuando éste comenzó su largo silbido, sintió en la espalda la fría mano del anciano, quien con su ronca voz le gritó:
—Revienta, muérgano, revienta, para reventarte el alma..!
El muchacho alarmado, considerando que era víctima de un loco, comenzó a gritar pdiendo auxilio, mientras el viejo "cohetón" le gritaba:

—Muchacho pendejo. . .! no te asustes que ya se me acabó la pólvora. . .

35- Leche a domicilio



Durante las primeras décadas "del presente -siglo hasta la etapa del desarrollo industriallácteo, en puerto Cabelló trabajaron pequeños comerciantes ambulantes, que se ocupaban del expendio de algunos alimentos a domicilio; los más populares y consecuentes, eran los repartidores de pan y leche. En esta oportunidad reseñaremos la actividad de los conocidos como "lecheros", hombres laboriosos que al filo de las oscuras y frías madrugadas, antes que el canto de los gallos anunciara la proximidad del alba, ya regresaban con sus primitivos transportes conduciendo el producto del ordeño desde corrales deUrama, Morón, Goaigoaza,Borburata y La Salina.
Nada tenían en común estos hombres con aquellos igualmente conocidos como "lecheros", pero por causas diferentes: tacaños, hambreadores, avaros, enfermos de codicia, cabalgando sobre su propia miseria espiritual. Nuestros personajes eran individuos cordiales, desprendidos, bondadosos, sólo enriquecidos de su natural malicia en el arte de "bautizar" el producto para lograr pequeñas ganancias en sus duras tareas. Entre ellos, se encontraban venezolanos y españoles canarios, adaptados a nuestra idiosincracia. Tenían su pequeño universo amparados por una masonería de respeto mutuo y fidelidad comercial.
Los cántaros repletos de tibia y fresca leche, con un espesor envidiable por el buen "pasto" que alimentaba el ganado vacuno, se conducía en "quitrines", carros accionados por tracción animal, muías y burros con rústicas enjalmas. Todo un conjunto amalgamado a la paciencia, tenacidad y sacrificios de los "lecheros" para darle colorido a una labor inconfundible y sobre la cual giraron picarescas anécdotas. Cada hogar porteño contaba para el suministro de este valioso alimento, con su típico "marchante", al cual le cancelaban el producto cada semana, quincena o mes, de acuerdo con las posibilidades del cliente. Rigurosamente los compromisos eran cumplidos siempre después de algunos reclamos sobre la calidad y baja densidad de la leche, y en otras oportunidades por la desaparición de recipientes hogareños, en épocas de na¬vidad, misas de aguinaldos, serenateros, etc. La Sanidad ejercía estricto control en las actividades madrugadoras de los expendedores de leche. El funcionario con su lactodensímetro a mano, cumplía con su tarea en cualquier esquina o rincón de la ciudad, en el encuentro casual o premeditado con el "lechero". Los infractores recibían boleta de citación y luego la sanción acorde con la falta.
Era un secreto a voces: la tonalidad o mayoría de expendedores, ayudaban sus ingresos "bautizando" con agua mañanera de los ríos cercanos, la leche que diariamente transportaban. Cuando se les pasaba la mano y la densidad bajaba alímites intolerables, apelaban al recurso de agregar maizena o polvo de arroz u otra sustancia no nociva para equilibrar el límite exigido por Sanidad.
Alrededor del círculo social de estos populares y recordados comerciantes ambulantes, circularon entre chismes y murmuraciones, diversos rumores de amoríos furtivos con solteronas apasionadas que espantaban su sueño esperando ansiosamente al proveedor de leche. En algunas oportunidades se escuchaban frases de picante humor, asegurando que los hijos de de la vieja tía tenían parecidos asombrosos con el "lechero".
Enlazados en los recuerdos del viejo Puerto, los nombres de aquellos que un día escribieron parte de su historia, transitan debajo de aleros coloniales, frente a rústicos portones o en solares adornados de trinitarias, donde los perros ladraban su hambre.
Entre luces y sombras, la añoranza es brisa fresca en sonrisas de sueños que se perdieron en la ruta de los tiempos. En alguna cansada mecedora, poltrona acolchada o cómodo chinchorro, la visión de un paisaje lejano de gratas madrugadas, endulza el pensamiento de la dama que recibió tributos de amor de Inojosa, Romero, el catire Alberto, Santanita, el Gavilán o el Isleño. Al Isleño se le conocía igualmente como "el angeliílo". Era el único del grupo que realizaba sus ventas al contado. Mantenía una selecta clientela en la Urbanización Rancho Grande, donde por cierto estaba residenciada una señora española que le profesaba a su joven paisano una malquerencia que nadie explicaba.
La matrona era dueña de un hermoso loro real, cuyo vocabulario estaba matizado de las peores expresiones del léxico español. Con paciencia e ingenio, enseñó al verde animalito que a una señal determinada, al observar la presencia del Isleño, gritara con todas las fuerzas de su pequeña garganta:
—Angelillo le echa agua a la leche…
—Angelillo le echa agua a la leche. . .
Con otras palabras de subido color, el pajarraco silenciaba la protesta, cuando el aludido desde la calle le gritaba:

—Te voy a torcer el pescuezo loro hijo e puta...

34- Las comadronas de antaño



Recordar a las viejas comadronas reconforta el espíritu. Hasta hace poco tiempo, los paritorios en los hogares venezolanos se desarrollaban como Dios lo estableció a través de los Siglos. No se conocía la contratación de sofisticadas habitaciones con aire acondicionado, alrededor de las cuales se desplazan especialistas, hombres y mujeres pulcramente vestidos de blanca tela y gorritos coquetos para darle más salero al acontecimiento.

Los padres del recién nacido podían reír alegremente sin el temblor en las manos que electriza la voluminosa factura: partero, anestesiólogo, enfermeras, pediatras, cardiólogos, farmacéuticos, policías y hasta un Fiscal de Tránsito para facilitar al nuevo transeúnte vía libre para su desplazamiento en este valle de lágrimas.

Las recordadas parteras de antaño, la mayoría procedía de modestas familias, sobre todo de núcleos populares que defendían su profesión a base de coraje y mística vocación. Sus tarifas dependían de la condición social del cliente, con un máximo de cinco pesos, a veces cancelados en cuotas semanales. Eso sí, las comadronas durante algunos días compartían con las parturientas el rico manjar de las aves de corral, por establecerlo la tradición. En el proceso del embarazo se adquirirían varias gallinas gordas para alimentar a la nueva madre durante el primer mes después del alumbramiento.

Existían drásticas reglas para la protección de la madre y el niño, que hoy resultan risibles, pero que durante centenares de años contribuyeron a superpoblar el planeta. La mujer guardaba riguroso encierro durante cuarenta días con la cabeza envuelta con trapos para evitar malos aires; el recién nacido debía permanecer con un gorrito de tela gruesa para protegerle la "mollera", por donde supuestamente podían colársele fluidos malignos. La habitación de la parturienta se mantenía hermética y los visitantes en horas nocturnas permanecían alejados del niño, hasta tanto se "les desprendiera el sereno", considerado como portador de males.

Algunos venían al mundo enman'tillados con el cordón umbilical endurecido. En estos casos, la comadrona bendecía al recién nacido, augurándole una vida llena de felicidades, ya que la tradición señalaba que el enmantilíamiento era protector contra pavas, mal de ojo, enemigos, etc. La mantilla y el cordón umbilical lo enterraban en un rincón de la vivienda, para que el hechizo fuera permanente en la buena suerte del muchachito.

Por su parte, el padre feliz que se había preparado desde el primer mes de embarazo de su compañera, brindaba a familiares y amigos con un licor macerado en garrafas de aguar¬diente de caña, aluzema, azúcar y otros ingredientes. Eran los célebres "miaos" del nuevo ciudadano, que nunca faltó en hogares venezolanos, sin el temor de ser embargados por abultadas facturas de clínicas sofisticadas, en cuya mayoría los niños ya no nacen por la vía natural diseñada para estos menesteres, sino por la barriga en operaciones conocidas como "cesáreas".

Esto de la cesárea es más antiguo que el nacimiento de Cristo; procede del latín "caesure" que significa "corte" y su nombre sirvió para bautizar a César, Emperador Romano, quien nació, según datos históricos, por una abertura en el vientre que le practicaron a la madre en un caso de extrema emergencia.

A través de la práctica alegre de acelerar el nacimiento de los niños por ese sistema, se han tejido diversas conjeturas. La operación quirúrgica con pocos riesgos de extraer la criatura, proporciona jugosos dividendos a empresas y clínicas donde el nuevo riquismo florece en todos los caminos con ga¬lopante desbordamiento exhibicionista; las fabulosas sumas cobradas a los pacientes son canceladas sin protestar y a veces con amplias sonrisas que recogen los fotógrafos para las crónicas sociales.


De todos modos, el procedimiento de las viejas comadronas y parteros como Valbuena, Tirado, Juliac, Rodríguez Rivero, Torres Suels, Noblot, Vigas, Kanoche, Porras, Olaechea, Ponte, Rivas, Soriano. Dunlop, Villalba, Gallardo, Julien, Mandry, Murphy, entre otros tantos, queda en el permanente recuerdo de las abuelas.